Viajar a Marruecos siendo mujer: guía con alma y confianza

Cuando viajé a Marruecos por primera vez, sentí miedo. No miedo real, de peligro, sino ese miedo que a veces se mete en la piel cuando eres mujer y vas a un lugar que no conoces, que suena “diferente”, que no sabes cómo va a mirarte, cómo va a tratarte, cómo vas a encajar.

Y la verdad es que no fue fácil al principio.
Pero qué regalo fue quedarme.

Marruecos me removió, me enfrentó, me desarmó. Pero también me abrazó, me enseñó y, sobre todo, me transformó. Por eso quiero compartir esto contigo, mujer/amiga que lees, tal vez pensando en si es buena idea hacer este viaje. Te lo cuento desde mi experiencia real, con el corazón abierto, como si estuviéramos tomando un té juntas.

¿Es seguro viajar a Marruecos siendo mujer?

La respuesta corta es: SÍ
La respuesta verdadera es: sí, si viajas con el alma despierta y los ojos abiertos.

Marruecos no es un país peligroso, pero es distinto. La cultura, el ritmo, la forma de mirar y de hablar… es otra. Y ahí está la clave: no se trata de cambiar tú, se trata de entrar con respeto y con presencia. Como hacemos entre nosotras: con intuición, con escucha, con cuidado.

He viajado sola, acompañada, con grupos de mujeres, con familias… y siempre, siempre, he sentido que Marruecos sabe cuidar cuando tú también sabes mirar.

Consejos prácticos, desde el alma:

1. Viste como tú, pero sabiendo dónde estás

No tienes que disfrazarte ni taparte entera. Solo recuerda que Marruecos es un país musulmán y que la discreción, aquí, es una forma de respeto. Pantalones sueltos, vestidos largos, camisas que cubran los hombros… y verás cómo las miradas cambian: se vuelven suaves.

2. No respondas a todo

Habrá comentarios, claro. Pero muchos son inofensivos, incluso torpes, sin intención de molestar. No todo merece respuesta. A veces, una sonrisa tranquila o un silencio firme dicen más que mil palabras.

3. Confía en tu instinto

Si algo no vibra bien, aléjate. Si sientes que puedes confiar, hazlo. Marruecos está lleno de gente buena, hospitalaria, generosa. Abre, pero no te expongas. Siente, pero sin dejar de escucharte.

4. Viaja con gente de confianza (si puedes)

Y si no la tienes, búscala. Por eso creamos Alma Bereber Experience. Para que puedas viajar con calma, con guía, con cuidado. Con personas que entienden tu ritmo, tus miedos, tu fuerza. Personas que caminan contigo, no delante.

Lo que aprendí viajando por Marruecos siendo mujer

Aprendí que la feminidad tiene fuerza, que ser mujer en Marruecos no es esconderse, es saberse. Aprendí a mirar diferente, a escuchar más despacio, a confiar en la intuición como brújula.

Y entendí que, a veces, lo que nos da miedo… es justo lo que nos libera.

Gracias por leer con Alma. Nos vemos en el próximo viaje… aunque aún no hayamos hecho las maletas.